A800 metros bajo el nivel del mar, en medio de un laberinto en forma de queso gruyère, los 33 grados de temperatura media debido a la humedad y el olor a salitre sirven para generar sensaciones a las que no estamos acostumbrados. Un lugar en el que no faltan los comedores, las salas de Internet y los garajes portátiles donde se construyen las máquinas y vehículos que sirven para escarbar la tierra y transportar el mineral hacia el exterior.
En las afueras de la población de Súria, a poco más de una hora al noroeste de Barcelona, Iberpotash, filial del grupo israelí ICL, explota la segunda mayor mina de potasa de Europa Occidental después de una mina alemana. ICL compró Grupo Potasas en 1998, perteneciente al INI y anteriormente a Ercros, dentro del proceso de privatizaciones realizado por el primer gobierno de José María Aznar.
La mina extrae 800.000 toneladas al año, al que hay que agregar otro 1,4 millones de sal. Facturó 260 millones de euros en 2010 y ganó 15 millones. El 70% de la producción se exporta. Este año se celebra el centenario del descubrimiento del mineral en esta zona, ocasión que le ha servido a la empresa para anunciar inversiones por valor de 213 millones de euros para los próximos tres años. Acaban de descubrirse reservas en una superficie de 40 kilómetros cuadrados. Iberpotash, tanto en Súria como en otra mina cercana, da empleo a 900 personas directamente y a 300 indirectamente. Por cierto, la dirección y subdirección de la mina están en manos de dos mujeres.
La potasa es un mineral estratégico. Un fertilizante natural ampliamente demandado para su uso en la agricultura. Tanto por los países desarrollados como por China, que ya es el primer consumidor mundial, por delante de Estados Unidos, India y Brasil. En los últimos cuatro años, al hilo de la situación económica mundial, el precio de la tonelada métrica de potasa ha tenido grandes vaivenes: desde mínimos de 200 dólares hasta máximos cercanos a 1.000. Ahora vale 480 dólares. En septiembre de 2010, el gobierno canadiense vetó la opa hostil lanzada por el gigante minero australiano BHP sobre la sociedad canadiense Potash Corp Saskatchewan –propietario del 14% de ICL– por ir en contra de los intereses nacionales de Canadá. Este país es el primer productor mundial, seguido de Rusia y Bielorrusia.Ya se ve que no solo Francia impide que una empresa extranjera compre sus joyas nacionales, como Danone. El nacionalismo económico y la rivalidad existen incluso entre miembros de la Commonwealth.
Cada vez que cuento mi visita a la mina de potasa de Súria, observo que la incredulidad inicial va convirtiéndose en sorpresa. ¿En España hay aún minas que crecen, con reservas para muchos años, además de un mineral deseado por medio mundo?
También puede resultar sorprendente, en medio de los ataques continuados que se realiza a las trabas burocráticas, la valoración positiva de Iberpotash sobre la facilidad ofrecida por las administraciones, tanto del ministerio de Industria como del departamento correspondiente de la Generalitat. Desde 2009, los dos años desde que se iniciaron las exploraciones geológicas y las pruebas sísmicas, no ha habido ninguna alteración de planes. Incluso los sindicatos, profundamente conservadores y siempre recelosos ante cualquier progreso industrial, han acabado convencidos de que estas inversiones eran positivas.
El ejemplo de esta mina demuestra que incluso en los sectores con una imagen más distorsionada, cuyos nombres en España siempre han sonado a otros mundos y muchos problemas, puede avanzarse. En los años noventa, ICL pagó 100 millones por un negocio que vivía de espaldas a la sociedad y carente de glamour. Se comprometió a realizar unas inversiones por un capital similar y le ha salido bien. Hay que ver para creer
El ejemplo de esta mina demuestra que incluso en los sectores con una imagen más distorsionada, cuyos nombres en España siempre han sonado a otros mundos y muchos problemas, puede avanzarse. En los años noventa, ICL pagó 100 millones por un negocio que vivía de espaldas a la sociedad y carente de glamour. Se comprometió a realizar unas inversiones por un capital similar y le ha salido bien. Hay que ver para creer
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